El español Pablo Berger crea un filme entrañable y sin diálogos. Robot Dreams es la versión animada de Past Lives
Robot Dreams es una de las películas más entrañables que verán, me atrevo a decir, en muchos años. ¡Qué belleza cinematográfica de la animación! Bajo el sello del español Pablo Berger (Blancanieves), la cinta- que estuvo nominada al Óscar a Mejor Película Animada- ofrece un retrato fiel y conmovedor de la amistad, la soledad y la búsqueda de renovación en el bullicioso escenario de Nueva York. Todo desde la mirada de un perro y su entrañable amigo robot.
Un combo inseparable
Basada en la novela gráfica de Sara Varon, Robot Dreams nos traslada al Nueva York de los ‘80 y evoca a la nostalgia al ver representadas las emblemáticas Torres Gemelas. Allí, el protagonista canino compra un robot para hacerle compañía y apaciguar un sentimiento de soledad insostenible. La dupla se vuelve inseparable. Toman helado, juegan videojuegos, ven películas, leen, cocinan, patinan en Central Park y van a la playa.
En este último lugar es donde se desencadena el drama, pues el robot se queda sin pila y su fiel amigo no tiene fuerzas para llevarlo a casa, por lo que decide pasar por él al día siguiente. Sin embargo, cuando regresa, se encuentra con la playa cerrada y un cartel de apertura hasta el próximo verano, por lo que una verja inquebrantable los separa y con ello un abismo emocional.
Robot Dreams: real como la vida y sin palabras
El relato es un ir y venir constante. Pablo Berger hace un magnífico trabajo al involucrarnos como espectadores en el deseo intenso del reencuentro, al tiempo que nos obliga a abandonar nuestras ilusiones. Robot Dreams es una película con una perspectiva realista, que habla de la falta de cariño, del sentirse solo, de las amistades pasajeras, del menosprecio hacia aquellos que no encajan en los estándares de popularidad, de cómo la vida te fuerza a seguir adelante y a pulsar F5. A través de la historia, Berger logra transmitir su propia experiencia neoyorquina, marcada por esa soledad, compañera inseparable de muchas vidas cotidianas de la Gran Manzana.
La genialidad de Robot Dreams reside en la ausencia de diálogos. Las imágenes valen más que mil palabras. Esta decisión muestra cómo la narrativa audiovisual es lo suficientemente poderosa como para sostenerse con imágenes, diseños sencillos y tiernos. Berger nos recuerda la verdadera esencia del cine al demostrar su capacidad para contar historias de manera visual y emotiva, sin depender de diálogos elaborados. Con apenas pequeños gruñidos, los personajes logran comunicar sus sentimientos de una manera que nos permite empatizar plenamente con ellos.
Todo combinado con los distintivos sonidos de la bulliciosa ciudad de Nueva York: los cláxones de los automóviles, las sirenas y demás ruidos urbanos. La atención al detalle es espectacular. La representación del estilo de vida de un simple mortal en la ciudad que nunca duerme es magnífica, al igual que los lugares emblemáticos y algunos rincones menos conocidos, que solo alguien con la experiencia de vivir allí, como Berger, podría plasmar con tanta autenticidad.
Robot Dreams es la versión animada de Past Lives
Y, por supuesto, la elección de la canción September de Earth, Wind & Fire como banda sonora no podría ser más acertada. Su ritmo y energía se integran perfectamente con la historia, añadiendo un toque de vitalidad, que sube la moral. Robot Dreams es la versión animada de Past Lives. Derrocha calidad, eleva la animación a otro nivel, evoca el invaluable valor de la amistad y el inevitable curso de la vida cuando nos lleva por caminos separados. Imperdible.