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Foto del escritorMaria Fernández Rehberger

Paloma Petra: "Sierra Madre es un reflejo de lo que somos en México y Latinoamérica"

La actriz Paloma Petra nos cuenta su experiencia en una de las series más populares de HBO, que acontece en el exclusivo barrio de San Pedro Garza, en Nuevo León


"Sierra Madre: prohibido pasar" retrata el lujoso estilo de vida de San Pedro Garza, así como los nexos entre el poder y el narcotráfico.

Después de su debut en las series de televisión con Sierra Madre: Prohibido Pasar, una producción de HBO, la actriz Paloma Petra tiene razones para celebrar. La serie, creada por Gabriel Nuncio (Camino a Roma), se adapta perfectamente a su estilo y muestra la esencia de su tierra natal, Nuevo León, así como el lujoso estilo de vida de San Pedro Garza, uno de los municipios más exclusivos de Latinoamérica. Con un telón de fondo norteño, la serie ofrece una visión de la sociedad y realidad mexicana, donde el narcotráfico y el poder son pájaros del mismo plumaje.


Sierra Madre: Prohibido Pasar, que también dirige Alejandra Márquez Abella (El norte sobre el vacío), sigue la vida de Marcos Parra (Miguel Rodarte), perteneciente a una de las familias más acaudaladas de la región, quien decide abandonar su vida empresarial para iniciar una carrera política y convertirse en alcalde. Sin embargo, el combo viene con el rechazo familiar por esta decisión y las amenazas de un grupo criminal, que pone en jaque la seguridad de la comunidad.


La cruda realidad


“Hay aspectos muy fieles. La serie empieza con un suceso que ocurrió en San Pedro cuando aventaron, en la escultura de El David, a la primera persona asesinada por el narco. Ya no existe, pero sí la recrearon. Fue muy fuerte verlo y recordar esos años de violencia en Nuevo León. Aún no lo superamos y seguimos con estrés postraumático", cuenta Paloma en entrevista.


La regiomontana da vida a Marlene González, pero antes hizo casting para cinco personajes porque tenía claro que quería ser parte de una producción que retratara a Monterrey, con sus claroscuros, y pues, ¡quien persevera, alcanza! Marlene llegó para quedarse. Esta es la viva representación de un quiero y no puedo, que trata de encajar a la fuerza en la sociedad sampetrina con comportamientos y vestimentas fuera de lugar. La zona fresa le da la oportunidad de pisar su recinto sólo porque su marido tiene nexos muy poderosos con el narcotráfico.


“Lo que más me gusta de mi personaje es la evolución y cómo el poder transforma a todos, sin excepción”, destaca. “Me emociona que una producción tan grande se haya atrevido a hablar de esta región en específico. Nunca se había hecho una serie así, que cuente la realidad de Nuevo León, especialmente, del narco. Es emocionante, entretenida y tiene toques de comedia, aunque obviamente sea drama. Es un reflejo de la sociedad que somos, no solo a nivel sampetrino, sino también de México y Latinoamérica. Parece que no estamos en esta guerra, pero seguimos”.


“Espero que se siga haciendo más cine y televisión en Nuevo León y que haya más talento local en las producciones, pues casi siempre se traen a todos los artistas de Ciudad de México. Nosotros podemos nutrir estas historias de un chingo de verdad y esto se siente en la pantalla”, expresa con contundencia.


Paloma Petra da vida a Marlene, la viva representación de un quiero y no puedo, que trata de encajar a la fuerza en la sociedad sampetrina.

Un ritmo frenético


Añade, no obstante, que entender la dinámica de hacer televisión fue de lo más complicado, porque, a diferencia del cine, el ritmo de la pequeña pantalla es frenético y los saltos temporales en el rodaje “son una locura”. Paloma explica que cuando los actores llegaban temprano al lugar de grabación, aprovechaban para reconectar y contextualizar a sus personajes. Se preguntaban de dónde venían, a dónde iban y en dónde estaban, tanto en la historia como en sus interpretaciones.


Por ejemplo, el personaje de la actriz está casado con el de Francisco Barreiro, Lucio Valenzuela en la serie, y comparte varias escenas con él. Además, hay un triángulo amoroso que involucra a Natalia Plasencia, en la piel de Yuri Sánchez, lo que hacía crucial que los artistas tocaran base regularmente para asegurar la coherencia con el guion. Siempre revisaban en qué punto de la relación estaban sus personajes para que sus actuaciones reflejaran correctamente la evolución de la trama. En este sentido, estar en un proyecto de tal calibre le enseñó a pausar y a tomarse sus tiempos para proteger su energía y cuidar de su salud mental frente a un ritmo imparable.


Dirección de Paloma Petra: la gran pantalla


La actriz, guionista y productora, en esta carrera con cada vez menos espacios en blanco en su agenda, tiene claro que su verdadera pasión es el cine, debido a la conexión indescriptible que siente con la cámara. Siempre recuerda el consejo que le dio Carlos Lenin, director de La paloma y el lobo, sobre la importancia del parpadeo y la moderación en las actuaciones. “Se enfocaba mucho en cómo parpadeaba. Me decía que cada vez que lo hacía, las ideas y emociones cambiaban, y veía algo diferente a través de mis ojos. Por eso, siempre que tengo un close-up, sé exactamente lo que debo hacer".


Se siente muy cómoda en el drama, pero la comedia es algo que quiere explorar porque le obliga a salirse de su zona de confort para liberar su creatividad de nuevas maneras. “Hacer reír es complejo y me siento en contacto con mi parte vulnerable. No sé cómo conectar con las personas a través de la comedia. Es un reto y sería chido hacer algo así”, dice.


Mientras, está escribiendo otro western para forjar su identidad como creadora, que le emociona tanto como contar historias de su región y rancho. “Es lo que yo quiero como productora, guionista y actriz”, concluye.



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