El documental narra la historia de tres mujeres que buscan los cuerpos de sus familiares en fosas clandestinas del Estado de Morelos. Es un grito contra la impunidad
El documental Volverte a ver, de la directora mexicana Carolina Corral y la productora Magaly Rocha, vuelve a poner el foco en el cáncer de México: la impunidad y violencia, abanderadas por el Estado. Esta vez, desde los ojos de tres mujeres- Tranquilina Hernández, Angélica Rodríguez y Edith Hernández- invadidas por el indescriptible dolor y frustración de perder a familiares, desaparecidos sin rastro, en el Estado de Morelos. La búsqueda por desenterrar la verdad las mantiene vivas.
Esto hace que, desde el colectivo Regresando a casa, se adentren en la labor de peritos forenses ante el descubrimiento, en 2016, de dos fosas clandestinas en Tetelcingo y Jojutla, donde el gobierno local- bajo aquel entonces de Graco Ramírez- escondió más de 200 cuerpos, saltándose todo tipo de protocolos. Las mujeres mueven tierra, mar y aire en este trabajo de exhumación para identificar a sus seres queridos y volverlos a ver.
La hija de Tranquilina desapareció una tarde cuando salió con el que era su novio; Angélica nunca volvió a ver a su niña después de ir a una acampada; y el hermano de Edith Hernández fue secuestrado mientras trabajaba en una fábrica familiar.
"La historia me eligió a mí"
"Vivo muy cerca de la zona, como a media hora. Cuando recibí la noticia de que estaban exhumando cuerpos de una fosa de gobierno fue un llamado para mí, una obligación casi cívica el reportar estos hechos. Yo no elegí la historia, sino que esta me escogió a mí. No lo podía dejar pasar y mucho menos que se borrara de la memoria uno de los hechos más terribles del país, en donde el gobierno ocultó tantos cuerpos”, cuenta, en entrevista, Carolina Corral.
La cineasta comenta que conoció a Angélica, en el Movimiento por la Paz, que nació para denunciar la guerra contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón, la cual inició en 2006 cuando el político del Partido de Acción Nacional (PAN) tomó las riendas del país. Hasta la fecha, se estima que más de 350,000 personas perdieron la vida, 112,000 desaparecieron y 52,000 están sin identificar.
La unión hace la fuerza
“En el Movimiento por la Paz conocí al colectivo. Su trabajo y cohesión como grupo me inclinó a decidir que quería contar la historia a través de ellas”, destaca. En este sentido, el documental retrata cómo la unión hace la fuerza y la sororidad y hermandad entre ellas refleja que no todo está perdido, pues siempre hay gente dispuesta a arrojar un rayo de esperanza. “Era importante retratar los cuidados entre ellas, la familia que forman ante una sociedad y familia de sangre que las deja de entender”, recalca Carolina.
El filme es una secuela del cortometraje documental animado Llueve, basado en la historia de María, madre de Oliver, hallado en una de las fosas. Volverte a ver fue un arduo trabajo de siete años. Conmueve hasta el último hueso al ver cómo las protagonistas anotan todo tipo de detalles e información en sus libretas. Desde ropa interior, tatuajes, camisas y demás prendas para identificar los restos y denunciar la corrupción de las autoridades ante la lista interminable de desapariciones.
Doble desaparición
En México, más de 50,000 personas desaparecieron durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Esto es lo que en México se conoce como la doble desaparición y piedra angular de Volverte a ver. Es decir, primero secuestran y matan a las personas; luego, durante el proceso de inhumación, se elimina cualquier rastro que pueda identificar a las víctimas. Lo más deleznable: nada sucede. La impunidad es invencible.
Este metraje, además de al exgobernador morelense Graco Ramírez, pone en el ojo del huracán a Rodrigo Dorantes, fiscal del Estado en aquel entonces y a diputadas locales que también hicieron la vista gorda frente a semejante atrocidad.
Peligro fuera de cámaras
Desterrar la verdad puede costar la vida; sin embargo, la grabación en el terreno fue más sencillo de lo que parecía. Lo complicado estuvo cuando las cámaras se apagaban. “Algunas recibimos tuitazos de Graco, diciendo que el documental mentía, pero fue leve. Mientras el caso estuvo bajo la lupa y el ojo de la prensa, la apertura a grabar fue fácil. Más bien, cuando se retiraban las cámaras iniciaba la pequeña violencia, sobre todo hacia las mamás de las víctimas. Por ejemplo, se han metido en sus oficinas de trabajo y, en vez de robarse la cámara, los delincuentes tomaron el megáfono. Sin embargo, las mamás siguen viviendo constantemente este tipo de violencias y amenazas ambiguas”, comenta la cineasta.
Volverte a ver: una tarea obligatoria
“Hago documentales porque son una herramienta que si la utilizamos bien, puede sensibilizar, tirar el estigma contra las mamás", resalta. Volverte a ver es desgarrador, pero necesario para, una vez más, dejar al descubierto una realidad que las autoridades tratan de invisibilizar y sobre todo: potenciar la voz de estas mujeres para que nunca se apague. Y, que algún día la justicia deje de ser una utopía.
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