Richard Gadd sorprende con Baby Reindeer, su primer gran proyecto de autor. Se trata de una serie potente que aborda el tema del acoso, la soledad y los sin sabores de la vida.
La miniserie Baby Reindeer de 7 episodios, creada por el escritor y también actor escocés, Richard Gadd, disponible en Netflix, es un refresh para el catálogo de los usuarios de la plataforma: un golpe en la mesa de lo que significa una serie de calidad bien escrita.
Donny Dunn (Richard Gadd) trabaja como bartender en un pub de Londres, renta un cuarto en la casa de su ex suegra donde vivía con su última pareja sentimental y está luchando por cumplir su sueño: convertirse en comediante profesional y tener reconocimiento.
Su principal preocupación es que una stalker de nombre Martha Scott (Jessica Gunning) lleva 6 meses acosándolo de forma obsesiva, situación que se ha vuelto insostenible y de la que ya está enterada la policía. ¿Por qué tanto tanto tiempo en denunciar? Pregunta el oficial que lo recibe. -No lo sé-, responde Donny, y en ese momento se ofrece una mirada profunda del personaje y la trama, que lejos de ser una serie acerca de una stalker y su víctima, es una historia real que ilustra la complejidad humana.
Baby Reindeer está basada en sucesos autobiográficos y traumáticos del creador Richard Gadd, lo que otorga a las escenas un sentido sumamente creíble de los hechos, que acompañados por la excelente fotografía y las actuaciones del propio Gadd y de Jessica Gunning, quien sorprende durante toda la serie, hacen de esta producción una digna experiencia de televisión.
Los primeros episodios cobijan la trama inicial, pero conforme avanza la serie, vamos descubriendo el porqué de las actitudes y las decisiones de los personajes, la complejidad de su pasado y sus miedos, pasando por las relaciones fallidas, su sexualidad, el abandono, el abuso de poder, el fracaso y el rechazo social; todos estos elementos se mezclan con momentos de humor negro y escasos chispazos de esperanza que prometen un mejor futuro.
La historia es perturbadora y dramática, cada giro en la trama es inesperado y gracias a lo bien escrita que está, Baby Reindeer no tiene desperdicio, es una serie que incomoda y desconcierta como espectador en el buen sentido, ya que empuja hacia reflexiones profundas y potentes sobre las soledad, la salud mental y la necesidad de amor que existe en las personas.
Una serie muy buena, que destaca la importancia de la, salud mental.
Definitivamente me quedo con ganas de verla