La nueva película de terror de Radio Silence, el dúo dinámico detrás de Scream 6, promete mucho gore, diversión y una bocanada de aire fresco a los tronados clichés vampíricos
Abigail es otra víctima de un marketing, que subestima el poder de la expectativa con una avalancha de spoilers en el tráiler sobre la que prometía ser la película del año de terror. Y ahí llega la decepción, acompañada de un huracán de críticas por estas expectativas elevadas a la máxima potencia. Todo ello fruto de una publicidad engañosa y un público que solo espera ver obras maestras porque lo contrario es un daño imperdonable a su nivel intelectual.
Perdonen, pero se nos olvida que el cine también tiene la función de entretener. Toda opinión es respetable, pero no fusilen algo que, desde el principio, anunciaba a gritos que iba a ser un filme para pasar un buen rato, como Abigail. Personalmente, me ha gustado porque el dúo dinámico de directores de Scream 6, Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, conocidos como Radio Silence, da un aire fresco a los trillados clichés vampíricos con una inyección de mucho gore y diversión. I pinky promise, referencia que entenderán los que han visto la película.
Así que: ¡bienvenidos a un festín de sangre con Melissa Barrera (Carmen), Alisha Weir (Matilda), Dan Stevens (Godzilla y Kong: el nuevo imperio), Kathryn Newton (Freaky: este cuerpo está para matar) y el inolvidable Angus Cloud (Euphoria), entre otros! La vida quita, pero también da y, tras ser vetada de Scream por su postura a favor de Palestina, Melissa Barrera se corona como la Scream Queen por excelencia en Abigail. Aunque, ver a Cloud en su última interpretación en pantalla es la parte más sombría del largometraje, que rinde tributo a su memoria.
Abigail (2024), reseña. Melissa Barrera se corona como la Scream Queen por excelencia.
¿De qué trata Abigail?
Un grupo wannabe de delincuentes asume un encargo, el cual, supuestamente, promete ser su billete a la buena vida. Su tarea: secuestrar a Abigail, una bailarina de doce años e hija de un temeroso capo de la mafia. Sin conocer la identidad de la niña, se embarcan en la misión y llevan a la pequeña a una mansión reminiscente del estilo de Agatha Christie, una referencia que no pasa desapercibida.
Deben mantenerla bajo vigilancia 24 horas y ¡ahí empieza la diversión! Abigail es pequeña, pero matona y con un colmillo bien afilado. No son spoilers, como mencioné, lo dice el tráiler. Conforme avanza la noche, se desata una carnicería que desafía cualquier lógica, aunque funciona porque nos saca varias carcajadas de lo absurdo y grotesco que resulta.
Actuaciones con chispa
Melissa Barrera, en el papel de una ex policía encargada de cuidar a la niña, emana una presencia magnética que combina fuerza, vulnerabilidad y carisma, que la distingue como una de las principales figuras del subgénero con cada grito, cada gesto y cada mirada.
Kathryn Newton, quien encarna muy bien a una hacker con bandera de tonta, nos regala algunos de los diálogos más divertidos y Dan Stevens cierra con broche de oro con algunas escenas de quitarse el sombrero al final de la película, que, si se hubieran dado antes, el actor de Godzilla y Kong podría haberse robado el espectáculo.
Por su parte, Alisha Weir, a sus 14 años, derrocha un potencial que trasciende la pantalla. En su rol de Abigail está espectacularmente terrorífica. Se quita sin titubeos el tapiz de la adorable e inteligente Matilda para moverse con toda naturalidad entre cadáveres. Sus pasos de ballet manchados de sangre son memorables. Baila con la elegancia y soberbia de un cisne, pero no negro, sino uno con un hambre más insaciable.
Abigail: cóctel de sangre y humor, que nos deja sedientos
Asimismo, los efectos visuales agregan capas de diversión a la trama. Radio Silence consigue adentrarnos en la dinámica de que lo absurdo funciona y es celebrado con explosiones de sangre por todos lados. Da la sensación de que nos va a salpicar en cualquier momento. Y, por supuesto, las metamorfosis vampíricas son la guinda del pastel, pero no doy más detalles para que degusten el banquete completo, pese a que el menú ya se lo dieron con anticipación.
En definitiva, Abigail tiene todos los elementos para que el espectador se entretenga, sin esperar ver una película de la talla de Nosferatu. Las comparaciones son odiosas y cada obra tiene su propósito y esencia. Los devotos del subgénero de vampiros degustarán un cóctel de sangre y humor, que los dejará sedientos de más. ¡Brindemos por eso!
Abigail lleva el sello de Radio Silence, los creadores de Scream 6.
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